Infartos y accidentes cerebrovasculares encabezan la lista de causas de fallecimiento en el mundo. En Venezuela, un grupo de especialistas conduce una campaña de prevención y detección dirigida a las mujeres, principales afectadas del mal...
Chelita tiene 50 años, esposo y dos hijos. Es ama de casa o "todera" -como dice de sí misma- y su día comienza cada mañana a las cinco, cuando se levanta, se amarra una colita en el cabello y empieza a hacer su acostumbrado repaso de tareas: "Buscar azúcar y harina para la torta de Carlos, lavar los uniformes de los muchachos y comprarles merienda... ".
A las 8:30 ya ha despedido a su marido y a sus chamos. Entonces se reclama: "¡Qué piso tan sucio!". Y agarra el coleto para limpiar. Antes de comenzar ya está sudadísima, pero no hay calor. Ahora que lo piensa, igual le pasó ayer. Se sienta en el sofá y es cuando cae en cuenta... desde anoche cuando terminó la tarea con Samuel, no se le ha quitado el dolor de cabeza. "Ibuprofeno conmigo", piensa y al buscar incorporarse, un dolorcito en el pecho le hace palpitar las ideas. "¡A alguno de mis muchachos le pasó algo!", es su conclusión.
Ese mismo día, a las tres de la tarde, Chelita se encuentra en el hospital. Ninguno de sus familiares estaba mal, la que en realidad tenía un problema era ella. "Un infarto", fue lo que diagnosticó el médico de guardia, quien le espetó aquella sentencia: "Si se tarda un poquito más en venir, no lo cuenta". ¿Por qué Chelita tardó tanto en ir al especialista? La cardiólogo Nedina Coromoto Méndez, presidenta de la Fundación Casa Venezolana del Corazón, afirma que este caso se ajusta al llamado "síndrome de la súper mujer que todo lo aguanta"; así se le define.
Lo cierto es que, aunque Chelita no exista, en el país se manejan cifras muy reales sobre ésta y otras enfermedades cerebrovasculares (ECV). Una de ellas, de hecho, rompe con un mito según el cual, el cáncer de mama es la principal causa de muerte en el sexo femenino. La verdad es que por cada 19 muertes causadas por ECV, se registran cuatro por cáncer de mama y tres por cáncer de cuello uterino. Y hay más. Cada media hora, en territorio nacional, la historia de Chelita se repite, solo que sin final feliz.
A las 8:30 ya ha despedido a su marido y a sus chamos. Entonces se reclama: "¡Qué piso tan sucio!". Y agarra el coleto para limpiar. Antes de comenzar ya está sudadísima, pero no hay calor. Ahora que lo piensa, igual le pasó ayer. Se sienta en el sofá y es cuando cae en cuenta... desde anoche cuando terminó la tarea con Samuel, no se le ha quitado el dolor de cabeza. "Ibuprofeno conmigo", piensa y al buscar incorporarse, un dolorcito en el pecho le hace palpitar las ideas. "¡A alguno de mis muchachos le pasó algo!", es su conclusión.
Ese mismo día, a las tres de la tarde, Chelita se encuentra en el hospital. Ninguno de sus familiares estaba mal, la que en realidad tenía un problema era ella. "Un infarto", fue lo que diagnosticó el médico de guardia, quien le espetó aquella sentencia: "Si se tarda un poquito más en venir, no lo cuenta". ¿Por qué Chelita tardó tanto en ir al especialista? La cardiólogo Nedina Coromoto Méndez, presidenta de la Fundación Casa Venezolana del Corazón, afirma que este caso se ajusta al llamado "síndrome de la súper mujer que todo lo aguanta"; así se le define.
Lo cierto es que, aunque Chelita no exista, en el país se manejan cifras muy reales sobre ésta y otras enfermedades cerebrovasculares (ECV). Una de ellas, de hecho, rompe con un mito según el cual, el cáncer de mama es la principal causa de muerte en el sexo femenino. La verdad es que por cada 19 muertes causadas por ECV, se registran cuatro por cáncer de mama y tres por cáncer de cuello uterino. Y hay más. Cada media hora, en territorio nacional, la historia de Chelita se repite, solo que sin final feliz.
La buena noticia es que esta es una estadística que puede cambiar. En esa meta están comprometidos países como Argentina y Estados Unidos. Venezuela ha decidido que no se puede quedar atrás.
De mujer a mujer
Josefina Feijoo y un equipo disciplinario trabajan en Fundacavecor, organización sin fines de lucro que promueve una campaña de prevención orientada a las mujeres.
Sus mensajes están identificados con un zapato rojo y tienen como objetivo enumerar los pasos necesarios para no ser parte de los números negativos. Aunque en ese grupo de trabajo no todas son mujeres y tampoco se trate de un movimiento sexista, Feijoo asegura que el mensaje debe ser comunicado de féminas a féminas, como quien se compromete y solidariza con la salud del género y no solo con casos aislados.
Esta es la razón por la que los ginecólogos, médicos de cabecera de la mujer, son los principales aliados de los cardiólogos. "Al revisar lo que pasa en consulta se ha detectado que pacientes y médicos enfocan su atención en descartar cáncer de mama y hacer chequeos ginecológicos, pero nada pasa con el corazón. Es lo que los especialistas han llamado prevención en bikini", añade Feijoo. Y ésta la historia que hay que cambiar.
Si más personas detectaran en consulta que sus hábitos cotidianos les están poniendo en riesgo, los números disminuirían drásticamente, pues las ECV se pueden descartar con solo modificar conductas como la mala alimentación y el consumo del cigarrillo, además de controlar elementos como el estrés, la hipertensión arterial, el colesterol, los triglicéridos, el nivel de azúcar en la sangre y la obesidad.
¿Por qué ellas?
Según las estadísticas nacionales, son los hombres quienes fallecen en mayor cantidad por ECV, pero no pasa igual en el mundo. ¿Será posible que Venezuela no forme parte de la tendencia? Méndez y Feijoo lo dudan. Consideran que los estudios no han incluido a las mujeres pues en muchos casos mueren antes de llegar al servicio de salud, por lo tanto, la causa del fallecimiento no queda registrada. También afirman que suele subestimarse el malestar en el caso de ellas y asociarse más bien con los nervios. "Pocas personas saben que las manifestaciones clínicas en la mujer pueden llegar a ser tan distintas respecto al hombre; la ECV en ellas puede, incluso, pasar desapercibida", asegura Feijoo. Al respecto, el Texas Heart Institute ha señalado a través de su portal web que "las mujeres suelen sentir ardor en la región superior del abdomen y pueden tener mareo, malestar estomacal y sudoración".
Pero hay muchos otros factores que afectan al género y que no influyen en los caballeros. Por ejemplo, el uso de pastillas anticonceptivas, que predispone al organismo femenino a ser susceptible de estas enfermedades. Igual sucede con las pacientes que padecen el síndrome de ovario poliquístico y ni hablar de las diabéticas o las que fuman. En todos los casos, las probabilidades son mayores.
Eso sí, las mujeres viven más. El informe presentado en 2009 por la directora de la OMS lo confirma asegurando que "su esperanza de vida ha aumentado de apenas 51 años a principios del decenio de 1950 a 70 años en 2007, frente a 65 años para el hombre". Entonces no solo se trata de una campaña que aupa la vida, sino también una larga vida con calidad.
Si de razones para difundir la campaña se trata, la doctora Méndez tiene una última: "La mujer cuida a la familia, educa al esposo y a los hijos". Una paradoja: ellos visitan al médico gracias a que ellas los llevan.
De mujer a mujer
Josefina Feijoo y un equipo disciplinario trabajan en Fundacavecor, organización sin fines de lucro que promueve una campaña de prevención orientada a las mujeres.
Sus mensajes están identificados con un zapato rojo y tienen como objetivo enumerar los pasos necesarios para no ser parte de los números negativos. Aunque en ese grupo de trabajo no todas son mujeres y tampoco se trate de un movimiento sexista, Feijoo asegura que el mensaje debe ser comunicado de féminas a féminas, como quien se compromete y solidariza con la salud del género y no solo con casos aislados.
Esta es la razón por la que los ginecólogos, médicos de cabecera de la mujer, son los principales aliados de los cardiólogos. "Al revisar lo que pasa en consulta se ha detectado que pacientes y médicos enfocan su atención en descartar cáncer de mama y hacer chequeos ginecológicos, pero nada pasa con el corazón. Es lo que los especialistas han llamado prevención en bikini", añade Feijoo. Y ésta la historia que hay que cambiar.
Si más personas detectaran en consulta que sus hábitos cotidianos les están poniendo en riesgo, los números disminuirían drásticamente, pues las ECV se pueden descartar con solo modificar conductas como la mala alimentación y el consumo del cigarrillo, además de controlar elementos como el estrés, la hipertensión arterial, el colesterol, los triglicéridos, el nivel de azúcar en la sangre y la obesidad.
¿Por qué ellas?
Según las estadísticas nacionales, son los hombres quienes fallecen en mayor cantidad por ECV, pero no pasa igual en el mundo. ¿Será posible que Venezuela no forme parte de la tendencia? Méndez y Feijoo lo dudan. Consideran que los estudios no han incluido a las mujeres pues en muchos casos mueren antes de llegar al servicio de salud, por lo tanto, la causa del fallecimiento no queda registrada. También afirman que suele subestimarse el malestar en el caso de ellas y asociarse más bien con los nervios. "Pocas personas saben que las manifestaciones clínicas en la mujer pueden llegar a ser tan distintas respecto al hombre; la ECV en ellas puede, incluso, pasar desapercibida", asegura Feijoo. Al respecto, el Texas Heart Institute ha señalado a través de su portal web que "las mujeres suelen sentir ardor en la región superior del abdomen y pueden tener mareo, malestar estomacal y sudoración".
Pero hay muchos otros factores que afectan al género y que no influyen en los caballeros. Por ejemplo, el uso de pastillas anticonceptivas, que predispone al organismo femenino a ser susceptible de estas enfermedades. Igual sucede con las pacientes que padecen el síndrome de ovario poliquístico y ni hablar de las diabéticas o las que fuman. En todos los casos, las probabilidades son mayores.
Eso sí, las mujeres viven más. El informe presentado en 2009 por la directora de la OMS lo confirma asegurando que "su esperanza de vida ha aumentado de apenas 51 años a principios del decenio de 1950 a 70 años en 2007, frente a 65 años para el hombre". Entonces no solo se trata de una campaña que aupa la vida, sino también una larga vida con calidad.
Si de razones para difundir la campaña se trata, la doctora Méndez tiene una última: "La mujer cuida a la familia, educa al esposo y a los hijos". Una paradoja: ellos visitan al médico gracias a que ellas los llevan.
ECV en cifras
• Se calcula que en 2008 murieron por esta causa 17,3 millones de personas, lo cual representa 30 % de todas las muertes registradas en el mundo.
• Se supone que en 2030 morirán cerca de 23 millones de personas por ECV, sobre todo por cardiopatías y ACV.
• En 2008, por cada 18 mujeres que murieron por infarto, fallecieron cuatro por cáncer de mama y tres por cáncer de cuello uterino. En 2010 la cifra de muertes por infarto aumentó a 19, mientras que los decesos por cáncer se mantuvieron iguales.
• En Estados Unidos muere una mujer cada minuto por enfermedad cardiovascular. En Europa cada seis. En Venezuela cada 30.
• Las mujeres tienden a presentar la enfermedad coronaria unos 10 años más tarde que los hombres.
• Las venas en la mujer pueden ser más delgadas que las de los hombres.
• Las mujeres son las únicas que pueden presentar espasmos (cuando no hay obstrucción total, sino parcial de las arterias) o el síndrome de corazón roto (relacionado al estrés emocional extremo, sin presentar ningún tipo de obstrucción).
• Los primeros síntomas de ECV en la mujer se asocian con hipertensión.
• Las mujeres tienen más probabilidades de tener enfermedad coronaria microvascular que los hombres. En este tipo de ECV las paredes de las arterias están lesionadas.
• Se supone que en 2030 morirán cerca de 23 millones de personas por ECV, sobre todo por cardiopatías y ACV.
• En 2008, por cada 18 mujeres que murieron por infarto, fallecieron cuatro por cáncer de mama y tres por cáncer de cuello uterino. En 2010 la cifra de muertes por infarto aumentó a 19, mientras que los decesos por cáncer se mantuvieron iguales.
• En Estados Unidos muere una mujer cada minuto por enfermedad cardiovascular. En Europa cada seis. En Venezuela cada 30.
• Las mujeres tienden a presentar la enfermedad coronaria unos 10 años más tarde que los hombres.
• Las venas en la mujer pueden ser más delgadas que las de los hombres.
• Las mujeres son las únicas que pueden presentar espasmos (cuando no hay obstrucción total, sino parcial de las arterias) o el síndrome de corazón roto (relacionado al estrés emocional extremo, sin presentar ningún tipo de obstrucción).
• Los primeros síntomas de ECV en la mujer se asocian con hipertensión.
• Las mujeres tienen más probabilidades de tener enfermedad coronaria microvascular que los hombres. En este tipo de ECV las paredes de las arterias están lesionadas.
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