El orgasmo o clímax es el
momento culminante del placer sexual. Antes del orgasmo, sube la concentración
de la sangre en los genitales hasta un máximo, y durante el clímax se dan
contracciones de los músculos de esta zona del cuerpo, en la cual se descarga
la tensión sexual.
Después tiene lugar una
relajación de la región genital y en muchos casos, de todo el cuerpo. En el
caso del hombre, en general se da la eyaculación durante el orgasmo.
Aparte de las reacciones
corporales, el orgasmo se hace notar por una sensación que casi siempre es
sentida como placentera. Algunas culturas dividen los orgasmos en niveles que
llegan hasta un estado de éxtasis que perdura por un largo periodo de tiempo y
puede ser alcanzado por ciertas prácticas sexuales y prácticas de meditación.
Beneficios de los orgasmos
De acuerdo con algunos
especialistas, esta experiencia es una de las mejores que puede sentir el ser
humano, debido al gran placer que genera; además, tiene algunas cualidades que
benefician tu salud como:
1.- Mejora tu flujo
sanguíneo: El clímax aumenta el ritmo cardiaco, la frecuencia respiratoria, la
presión arterial y la circulación sanguínea, lo que ayuda a oxigenar las
células del organismo
2.- Levanta el ánimo: Un
orgasmo libera endorfinas, dopamina y oxitocina, hormonas que ayudan a aumentar
la felicidad y disminuir la depresión.
3.- Favorece el sueño:
Gracias a la liberación de endorfinas se trata de un sedante natural, debido a
que promueve el descanso reparador y elimina por completo el insomnio.
4.- Mantiene sano el
cerebro: Este órgano se alimenta con el oxígeno que se genera durante la
relación sexual.
5.- Analgésico natural: El
clímax alivia los dolores de cabeza y menstruales. Algunos estudios demuestran
que las mujeres pueden tolerar el dolor hasta en un 110% más, después de la
estimulación del punto G. También, la liberación de endorfinas desconecta las
terminaciones nerviosas por algunos minutos.
6.- Disminuye el estrés: Las
hormonas que se liberan durante el orgasmo ayudan a reducir los niveles de
ansiedad y la tensión acumulada.
7.- Otorga bienestar y un
brillo saludable: Genera una relajación que ayuda a analizar los problemas de
una manera optimista. También, mejora el aspecto de la piel, donde se puede ver
un resplandor saludable.
8.- Mejora la salud
emocional: Disfrutar de una relación sexual plena se refleja en tu estado
anímico, por lo que crece tu autoestima y tu confianza emocional se fortalece.
Aspectos fisiológicos
Hay una teoría en Grecia
acerca del orgasmo que hace referencia que todas las personas que logran tener
un orgasmo son consideradas como personas con una vida sexual plena.
El orgasmo es el resultado
final del clímax explosivo de una relación sexual, que produce una sensación de
liberación repentina y placentera luego de un punto casi insoportable e
irrefrenable de esa tensión sexual, acumulada y guardada de manera continua
desde que se inicia la excitación.
El comienzo del ciclo está
en la mera excitación, durante la cual la sangre acude al pene, al clítoris y a
las zonas muy inervadas del plexo nervioso perineal, en el que se produce una
intensa excitación pélvico-peritoneal del abdomen inferior, una suerte de
peritonismo fisiológico.
Algunos expertos se inclinan
por pensar que es el fenómeno final de la estimulación continua de un reflejo
nervioso de la propia médula espinal, que produce un relax placentero por la
excitación particular de un tipo de neuronas especializadas llamadas
espinotalámicas, localizadas en la región lumbar-sacro-coxígea, zona muy
inervada e irrigada.
El desenlace del orgasmo en
el hombre da lugar a la eyaculación o fase expulsora del semen. Una vez
desencadenada la eyaculación, al parecer, el cerebro no enviaría señales
específicas a las glándulas seminales ni al pene para que el semen salga
expulsado, sino que éste sería el producto de una respuesta refleja de esos
plexos.
El curso del orgasmo genera
sensaciones propias de una explosión placentera que, una vez desencadenado,
produce un placer muy intenso.
Durante el orgasmo, las
paredes del útero y la vagina se contraen, apretando al pene y transmitiendo un
placer superior, seguido de un fuerte cosquilleo y de una explosión placentera,
el “clímax”, punto donde el placer estalla desbordante.
William Masters y la
trabajadora social Virginia Johnson diferenciaron 4 fases de respuesta a la
estimulación sexual humana: excitación, meseta, orgasmo y resolución. El
Orgasmo en sí es el deseo más profundo que mujeres y hombres buscan desde que
se transforman en seres sexualmente activos.
El orgasmo es la penúltima
fase del ciclo de la respuesta sexual, consistente en un breve episodio de
liberación física que sucede al aumento previo de la tensión muscular, de la
congestión sanguínea pélvica y de la sensación corporal de excitación con percepción
subjetiva de este clímax.
Esta liberación energética
se evidencia por descargas musculares rítmicas a nivel genital y perineal,
aunque también comprometen en su sensación al resto del cuerpo. Estas
contracciones son sumamente placenteras para ambos sexos y producen una
sensación de alivio y relajación.
Después de ellas, al hombre
y a la mujer los invade una sensación de placidez, bienestar, afecto mutuo,
sensación agradable de agotamiento y somnolencia que los lleva a quedarse
dormidos después del acto sexual.
Disfunciones
Para experimentar placer
sexual intenso no es necesario que el orgasmo se produzca en cantidades
grandes, sino que está más relacionado con la capacidad de sobrellevar el
autocontrol y en cierta medida con la autoestima.
Por eso, un "juego
sexual" es más placentero que una simple "caza del orgasmo", que
lleva a disfunciones como el orgasmo fingido. La denominación en varios idiomas
para la actividad sexual en pareja lleva consigo la palabra "juego".
La intensidad del orgasmo
femenino puede aumentarse con algunas técnicas, como el cambio de intensidad de
los contactos corporales, estimulaciones múltiples (por ejemplo, del clítoris y
los pechos a la vez) y una puesta en escena del acto sexual como juego, por
ejemplo juegos de rol en los cuales los amantes asumen papeles activos, pasivos
o imaginarios, o el vendado de los ojos. Esperar el orgasmo o someterse a
presión, en cambio, es considerado obstáculo para la experimentación de placer.
Con experiencia creciente,
los hombres aprenden a controlar su orgasmo a través de la autodisciplina. Así
sobre todo pueden retrasarlo, lo cual puede aumentar la intensidad del placer.
También la pareja tiene posibilidad de ayudarle a controlarlo a través de
cambios de intensidad de los estímulos.
Una técnica popular es la
interrupción del coito y de la estimulación en general cuando los amantes ya
han conseguido un nivel de excitación avanzado.
En ella se basa el tantra
hindú, y la combina con técnicas de respiración para transformar la vivencia
del orgasmo, por ejemplo, en un estado de éxtasis perdurable.
Partes de la colección de
textos india Kamasutra comprueban que ya en la Antigüedad el ser humano se ha
preocupado por técnicas para aumentar el placer sexual. Una cuestión interesante
es que hoy en la India la moral en cuestiones sexuales es bastante
conservadora.
Tanto en el hinduismo como
en el budismo, el sexo es visto como acto espiritual, y el aumento del placer
es solamente un producto colateral de éste.
El tantra según la
concepción tradicional quiere producir una cercanía a los dioses a través del
orgasmo, sobre todo relacionado con la deidad doble Shivá. El orgasmo es visto
como disolución de los límites del Yo, que a través de este proceso se mezcla
con la identidad de la deidad.
El budismo tántrico
Vajrayāna en cambio lo relaciona con una experiencia de la unión entre
felicidad y vaciedad. Algunos tántricos creen que esta experiencia es un
samādhi (estado) especial, que no puede ser alcanzado por otras técnicas de
meditación.
Otras concepciones ven al
orgasmo como baño del cuerpo en qi (la energía de la vida). En todas juega un
rol fundamental la capacidad de dejar atrás el Yo.
Anorgasmia
Con el término anorgasmia se
denomina una disfunción que impide experimentar el orgasmo de manera temporal o
constante, con respuesta sexual normal en las fases fuera del orgasmo.
Es más común en las mujeres
que los hombres: solamente un tercio de las mujeres sexualmente activas
reportan que llegan al orgasmo con regularidad, y entre 5 a 10 % nunca lo han
experimentado.
En el caso de los hombres,
hace falta diferenciar la anorgasmia de la disfunción eréctil y de problemas de
eyaculación.
Una de las posibles causas
es la ingestión de antidepresivos, otros problemas psicológicos, enfermedades
que impiden la correcta circulación de la sangre y lesiones de los nervios en
las zonas erógenas, que pueden ser causadas por operaciones llevadas a cabo de
manera inadecuada.
Sobre todo en el caso de la
mujer juega un papel importante que la anatomía de los órganos sexuales todavía
no es comprendida en su totalidad (recién en el año 1998, por ejemplo, se
descubrió el verdadero tamaño del clítoris).
La organización
International Society for the Study of Woman’s Sexual Health fue fundada para
combatir esta situación de desinformación, que frecuentemente impide un
tratamiento adecuado de la anorgasmia femenina.
Nuevos estudios han
demostrado que las causas de la anorgasmia son similares en mujeres y hombres.
Recientemente se han desarrollado nuevos métodos y aparatos para detectar
posibles obstáculos para el orgasmo, como el Genito-Sensory-Analyzer, un
artefacto que es introducido en la vagina y aplica diversos estímulos, como
cambios de temperatura y vibraciones para detectar nervios lesionados, y otros
que miden la intensidad de la circulación de la sangre y la humedad en los
órganos sexuales.
Otros estudios han
descubierto que una posible causa de la anorgasmia femenina es una deficiencia
en la producción de testosterona.
Para compensar esto se utilizan
geles con los que es tratado el clítoris. Si la causa es, en cambio, una
deficiencia en la circulación sanguínea, el ginecólogo alemán Joachim Siewers
recomendó la emplear Viagra por parte de las mujeres. Otras posibilidades son
bombas que producen un vacío en la vagina y entrenan a los vasos de la zona
genital.
Existe, además, la
anorgasmia provocada intencionalmente, que es una técnica del BDSM que consiste
en que un participante es imposibilitado intencionalmente de alcanzar el
orgasmo, sobre todo por aparatos técnicos.
La forma más extrema es el
Never-Inside, una relación en la cual uno de los amantes es desprovisto de
manera continua de todas las posibilidades de alcanzar un orgasmo, por ejemplo,
mediante un cinturón de castidad.
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